Ciencia Política

"La ciencia política no puede constituirse como una ciencia neutra, ni exclusivamente empirista, tiene sí una función esclarecedora, estratégica y transformadora de sociedades desiguales". Lic. Miguel Duarte (2006).

1.5.11

Sistemas de partidos y diferencias entre corrientes políticas en Córdoba

Sistemas de partidos y diferencias entre corrientes políticas en Córdoba *


Por Miguel Ángel Duarte / Licenciado en Ciencia Política (UCC). Profesor de Derecho Político en la Facultad de Derecho de la UNC. Prosecretario de la Asociación Argentina de Derecho Político.

Los partidos políticos tienen entre sus condiciones substanciales la de realizar elecciones periódicas de autoridades y candidatos para cargos electivos.
En Córdoba se llevaron a cabo las internas del peronismo el 3 de abril y, las del radicalismo, el día 10 del mismo mes. De ambos procesos podemos resaltar algunas notas que caracterizan el sistema de partidos y ensayar una mirada sobre las diferencias entre corrientes políticas.
Tomando 1983 como punto de partida, la Provincia se caracteriza por un sistema bipartidista en el que han predominado el radicalismo y el peronismo.
El bipartidismo convivió con tendencias de sistema predominante durante los gobiernos radicales (1983-1999) y las gestiones peronistas (1999-2007).
En 2007, la irrupción del “juecismo” perforó el bipartidismo y se instaló como principal contrario al gobierno de Unión por Córdoba (UPC), dejando como saldo de aquella elección la certeza de que el sistema político cordobés tiene debilidades estructurales.

Fuerzas
A partir de 2007 se visualizó una tendencia hacia un sistema de pluralismo con eje en tres fuerzas políticas vertebradas por el peronismo, el radicalismo, y el juecismo.
El peronismo genera intriga, admiración y rechazo pero, por sobre todas las cosas, una gran atracción para estudiarlo y conocerlo en sus tramas de poder, ideas y contradicciones.
Organizado como un movimiento político de masas recurre a la institución partido de manera pendular.
En cuanto movimiento, se encuentra en constante cambio, mientras que el Partido Justicialista merece atención de manera inestable, de conformidad con las tácticas trazadas por los principales dirigentes en la lucha por el liderazgo, sean de triunfo y acumulación o de derrota y fuga.
Las tácticas de los ganadores conducen a un justicialismo monolítico, hegemónico. La tácticas de los perdedores conducen a armados partidarios, por fuera, con fines principalmente electorales.
La doctrina histórica del peronismo centrada en la justicia social, la independencia política y económica y la cultura popular, con matices, se expresa en las distintas vertientes que circundan la columna vertebral del movimiento, aunque no siempre se visualiza coherencia entre el ideario, la palabra y las acciones.
Las internas en el justicialismo dejaron como saldo un camino abierto a las dos tácticas enunciadas según quien las esgrime conforme a los resultados.
Radicalismo y UCR en la visión de los radicales se confunden en una sola identidad. Las ideas, doctrina y bases de acción política que se centran en la reparación nacional, la ética social y el sistema republicano y federal constituyen su fase movimientista y se sintetizan en la vida del partido.
Desde 1983 hasta 2001 ha representado a la gran mayoría de los radicales que solo tenían comportamientos de fuga a través del voto y de manera intermitente.
En tanto, en 2001, la UCR de Córdoba experimentó las consecuencias de una crisis profunda no sólo al momento del sufragio sino, principalmente, con la fuga de dirigentes, grupos y grandes sectores de la sociedad que buscaron nuevos espacios de participación en las fuerzas políticas emergentes.
Las elecciones internas del 10 de abril se realizaron en un contexto político de renovación total de representantes y todo indica que por la posición relevante de la UCR –principalmente, en la ciudad de Córdoba- los tiempos poselectorales internos no traerán como consecuencia migraciones de grupos ni de dirigentes.
Con matices y posiciones más cercanas o más lejanas al ideario del radicalismo histórico, el partido -como organizador de la vida política de los radicales- hace hincapié en la participación democrática de los afiliados y el contacto directo con los ciudadanos iniciado en su proceso interno.
El justicialismo ha elegido autoridades partidarias y tiene convocatoria a internas para elegir candidatos a cargos públicos electivos para el 5 de junio.
El radicalismo tiene autoridades con mandato hasta finales de 2011 y estrena candidatos a cargos públicos electivos legitimados por la voluntad mayoritaria de los afiliados.

Fortalecimiento
Así, los partidos políticos de Córdoba se van fortaleciendo a través de la participación y sus principales referentes van aceptando que las instancias electorales internas son síntoma de cambio y que conducen a la fortaleza institucional.
Quedan aún practicas negativas por desterrar; muchas, típicas de nuestra cultura política como el clientelismo. El número de escuelas y, consecuentemente, la cantidad de mesas de votación, así como los cambios de sede en horas previas a la elección son recursos que las mayorías suelen utilizar para su beneficio.
A ello se suman las falencias en los padrones, en los que no aparecen afiliados ni independientes, o la práctica establecida en el justicialismo de afiliación en el momento de la elección, acciones que atentan contra la claridad de las reglas de juego que le dan previsibilidad al sistema electoral.
Lo cierto es que si los afiliados deciden y sus preferencias mayoritarias recaen sobre algunos candidatos será el momento para que cada partido reflexione a fin de que el bienestar de los cordobeses ocupe el primer lugar de su agenda.

* Exclusivo para el Diario Comercio y Justicia, publicado el 28 de abril de 2011 p. 12 A.